Las Joyas de la Corona Escocesa



Las Joyas de la Corona de Escocia se conocen como Honours of Scotland.


Datan de los siglos XV yXVI lo que las convierte en las Joyas de la Corona más antiguas de Gran Bretaña y las segundas más antiguas de Europa.

El juego de joyas conservado actualmente se empleó por primera vez en la coronación de María I de Escocia en 1542.
Con la abolición de la monarquía escocesa por parte del Parlamento de Inglaterra en 1649, se ordenó la destrucción de todos los símbolos reales de Escocia sin embargo las Joyas fueron escondidas primero en el Castillo de Dunnottar y después bajo el suelo de la parroquia de Kinneff.
Tras la restauración de la monarquía en 1660 las joyas fueron recuperadas pero ya no volvieron a emplearse en la coronación de ningún rey.

Actualmente se encuentran junto con Stone of Scone (la piedra de Scone) en una cámara acorazada del Palacio de Edimburgo y se han utilizado (tan solo la corona) en la primera visita a Escocia de la recién coronada reina Isabel II en 1953 y en la primera sesión del reconstruido Parlamento de Escocia en 1999 así como en las sucesivas ceremonias de apertura del año parlamentario desde el 2004.

Las Joyas de la Corona de Escocia se componen de una corona, una espada y un cetro.

La Corona data de 1540 y se hizo de oro escocés fundido de una corona anterior.
Está incrustada con 22 gemas y 20 piedras preciosas junto con perlas de agua dulce de Escocia. En el orbe se encuentra una gran cruz decorada con una amatista rectangular en el centro.


El cetro de plata dorada es el elemento más antiguo de la regalía escocés (1494) aunque fue remodelado y alargado posteriormente.
Está hecho de plata dorada coronado por un globo de cristal de roca pulida.


La Espada del Estado de casi 1.4 metros de largo fue un regalo del papa Julio II a Jacobo IV en 1507.
La empuñadura es de plata dorada y la hoja se partió en dos en 1652.