William Wallace

Sir William Wallace fue un noble escocés, de ascendencia galesa, que dirigió a su país contra la ocupación inglesa del rey Eduardo I de Inglaterra (finales del siglo XIII, principios del XIV)

Como tercer hijo, estaba destinado la vida religiosa. Tuvo una sólida formación intelectual en la abadía de Campuskenneth pero a la muerte de su padre en 1291 cambió la vida contemplativa por la de fugitivo al ponerse al frente del ejército de Robert Bruce (aspirante al trono de Escocia) en su lucha contra el rey de Inglaterra, Eduardo I.
En 1297 se casó en Lanark con una joven escocesa, Marion Braidfute, pero una patrulla inglesa que buscaba a William la mató. En venganza, William con algunos de sus hombres, dio muerte al alguacil de Lanark, responsable del asesinato de su esposa.
El nombre de Wallace fue ganando prestigio después de acciones como las de Lanark, y comenzó a suponer un problema para los ingleses.

La más famosa de las batallas que libró Wallace fue en el estratégico puente de Stirling (1297), construido por los romanos durante la dominación de Britania y punto clave para salvar el curso del río Forth y poner en contacto el sur con el norte de Escocia.
Para defender aquel paso los líderes de las fuerzas rebeldes, Andrew de Moray y William Wallace, unieron fuerzas contra John de Warenne, jefe del ejercito inglés (superior en número al escocés).
El ejército inglés fue cruzando lentamente el puente mientras Wallace permanecía en su posición, sin dar la orden de ataque. Al grito de guerra "¡Alba go brath!" (Escocia para siempre) una lluvia de flechas calló sobre los ingleses que no habían tenido tiempo de llevar todo el ejército al otro lado del río. Las tropas inglesas trataron de retroceder de nuevo hacia el puente pero este cedió bajo su peso y se hundió, muriendo cientos de soldados ingleses arrastrados por la corriente del río y ahogados por el peso de sus armaduras.
La victoria fue de Escocia, aunque a Andrew de Moray le costara la vida.



En la cima del Monte Abbey Craig, próximo a Stirling, está situado el monumento a William Wallace que data del siglo XIX. Fue construido gracias a las aportaciones de los escoceses y conmemora la victoria del ejército escocés frente al inglés que tuvo lugar sobre el puente de Stirling en 1297.

Según la leyenda Wallace contempló al ejército inglés desde la cima del monte justo antes de salir a su encuentro.


Fue nombrado Caballero y Guardián de Escocia por Robert Bruce y fue odiado por los ingleses pero también por algunos compatriotas suyos que, envidiosos de su fama, pensaban que era un advenedizo sin la sangre noble precisa para ocupar el puesto de Guardián.
Le traicionaron avisando a Eduardo I en la batalla de Falkirk y tras la masacre escocesa  Wallace dimitió de su cargo.
En 1305 por segunda vez la aristocracia escocesa le volvió a traicionar (temían perder sus tierras ante el avance del rey inglés).  John Menteith, noble escocés, lo entregó a los soldados ingleses de Roybroston en Glasgow.
Fue juzgado y condenado a muerte por traición al Rey.
Lo desnudaron y lo arrastraron por Londres, atado por los talones a un caballo.
Fue ahorcado a una altura que no fuese suficiente para romperle el cuello, descolgado antes de que se ahogase, emasculado, eviscerado y sus intestinos fueron quemados ante él, antes de ser decapitado.
Su cuerpo fue cortado en cuatro partes y su cabeza se conservó sumergida en alquitrán y fue colocada en una pica encima del Puente de Londres.
Así se las gastaban los "civilizados" ingleses frente a los "salvajes" escoceses.

La figura de este guerrero escocés fue llevada al cine por Mel Gibson en la película estadounidense Braveheart (1995).