Los cuadros de Pitt

Si has paseado por las calles de New Town de Edimburgo, habrás observado que las casas georgianas tienen algunas de sus ventanas tapiadas.
Es chocante que en el siglo XVIII, cuando no había luz eléctrica y la luz natural era un bien preciado, algunos propietarios de casas optaran por cegar sus ventanas.


La explicación está en el Window tax, un impuesto que grababa cada abertura al exterior de las viviendas.

Al bueno de William Pitt, Primer Ministro del Gobierno de su graciosa Majestad Jorge III, se le ocurrió la brillante idea de aplicar una cuota fija por edificio y una variable por el número de ventanas como tributo a las arcas del Estado.
En función del número de ventanas que poseía una casa, se conocía las dimensiones de la vivienda y los recursos económicos de una familia y así se les imponía el impuesto.
El resultado fue que muchos propietarios cegaron sus casas a la luz solar para pagar menos.
Esta forma de resistencia fiscal perdura con el tiempo hasta el día de hoy aunque el tributo desapareció en 1851 ya que no se han abierto los huecos conociéndose como los cuadros de Pitt.